Alfonso García-Oliva
Instrumentos musicales y artículos de monte

Desde niño, fui un “manitas”. Siempre enredando con palos, navajas y trozos de cuero, hierro y piedras.

Tocar unos cuantos instrumentos musicales y hablar 5 idiomas tendrá algo que ver con un buen oído. Y eso ayuda cuando eres luthier.

Mi vida ha dado muchas vueltas: de viajar por medio mundo a dirigir un museo, de las Ciencias Sociales a la Tecnología Musical, de los escenarios a las aulas; pero siempre con los horizontes de trabajar con las manos, pensar con la cabeza, y vivir en el campo.

Y en ello estoy desde 1987.

De formación autodidacta en unos campos, y académica en otros, todo lo aprendido aquí y allá, tanto lo humanístico como lo científico, asoma en mis obras.

No soy (¡ya me gustaría!) un hombre del Renacimiento, pero sí un artesano polifacético.

Aprendiz de mucho, maestro en nada, dice el adagio. Huyo de esa posibilidad poniendo todos mis sentidos en cada objeto que fabrico y puedo garantizar honradez y dedicación meticulosa en mi labor. Contrariamente a muchos productos industriales, yo no hago objetos efímeros. Aquí no hay “obsolescencia programada”. Mis piezas, perfectamente funcionales, podrían sobrevivirme a mí y a mis clientes, así que me tomo muy en serio la utilidad de cada artículo, sea una viola de gamba o un broche de asta grabada.

No trabajo en series, ni siquiera limitadas: cada pieza es única, y así lo certifico.